Pensamiento casual
23 septiembre 2009
Abro los ojos.
Miro la hora en el reloj digital que hay sobre la mesita de noche.
A duras penas logro levantarme de la cama.
Tomo mis medicinas con el estómago vacío,
Luego bebo un poco de agua.
Me desvisto.
Entro en la ducha
Y, mientras me enjabono, pienso
Que un sueño que se olvida nada más despertar
Es como un poema roto en manos de un depravado vagabundo desdentado.
24 septiembre 2009 at 01:59
Todo está dicho.
Los elogios parecen a veces tan repetitivos.
Creación perfecta. Poetísimo.
Es lo menos que espera uno de ti, hermano, belleza y perfección poética.
Gracias por tu arte.
25 septiembre 2009 at 19:02
Idem a lo que acotó Ernesto. No hay mas que decir ante un poema tan bien logrado. Saludos Jorge!
25 septiembre 2009 at 22:31
Abrumado me siento por vuestros elogios sin mesura que no merezco ni probablemente sepa estimar en su auténtico valor.
Sinceramente, gracias.